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Más allá de sus resultados deportivos y de su modelo económico, el Eibar dio que hablar el pasado otoño por su particular escándalo 'sex-tape', un vídeo de carácter sexual que implicaba a dos de sus jugadores.
Pero al contrario que en el caso que afectó a los internacionales franceses Mathieu Valbuena y Karim Benzema, en este caso no se produjo un intento de chantaje.
El escándalo, que hizo correr ríos de tinta en España, surgió a primeros de octubre con la difusión en las redes sociales de un vídeo sexual en el que el defensa Antonio Luna (25 años) y el delantero Sergi Enrich (26 años) practicaban relaciones sexuales con una mujer.
Ambos jugadores implicados, que bloquearon sus cuentas de Twitter a raíz del escándalo, se vieron obligados a presentar disculpas públicas.
Luna y Enrich declararon en un comunicado conjunto que lamentaban la difusión sin su "consentimiento" de ese vídeo, que mostraba, según ellos, "un acto íntimo y privado entre personas adultas y plenamente conscientes".
Ambos futbolistas también pidieron perdón por "los daños" que haya podido causar el vídeo "a la imagen de la tercera persona implicada", que formuló una denuncia, así como a la imagen del club.
Apartados del grupo para un partido amistoso una vez publicado el vídeo, ambos jugadores fueron alineados en el partido liguero ante el Osasuna (2-3), en el que Enrich anotó un gol.
El entrenador del Eibar, José Luis Mendilibar, lamentó que el escándalo eclipsase el buen inicio de temporada del conjunto vasco y especialmente el meritorio empate a uno logrado días antes en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid.
"Era mi primer punto logrado como entrenador en el Bernabéu y el primer punto de la historia del Eibar en el Bernabéu. Pero eso queda lejos y ya no nos acordamos", declaró.