EL LABERINTO DE LA PASION

Pasión; su sola pronunciación conlleva una gran carga de energía mental, el ser pasa de azul tenue a rojo puro en ardiente vibración según la intensidad de nuestro pensamiento y su inherente propósito; es tal la carga de adrenalina que somos capaces de materializar un deseo en cuestión de instantes, a eso le llaman creación, genio, inteligencia pura, en fin es una gran estallido de energía que se estimula desde lo profundo del ser y brota a raudales materializando profundas visualizaciones; magnífico, esplendido; diría un observador.

Pasión; su sola pronunciación conlleva una gran carga de energía mental

A esa no me refiero; hablo de la experiencia de la pasión sensual aquella que nos es cotidiana, que nos estimula visual mental y materialmente desde todos los entornos y nos hace soñar y sentir éxtasis de placeres imaginados, sentidos, delicadamente refinados o extravagantemente practicados según nuestras apetencias y gustos; aquellos placeres que obnubilan la razón y nos conducen a disfrutes en submundos de inigualables goces y explosiones de energía sensual inconmensurables; laberintos donde solo existe la exquisitez de la imaginación que acrecienta y estimula el flujo y reflujo de sentidos y deleites, derramando en todo el infinito de nuestro ser la copa del placer, del orgasmo; un orgasmo intelectual, material, espiritual; un estallido de extasiante carga neuronal de la inmensa base atómica que es nuestra energía erótica, en el nirvana de nuestra pasión sensual.

Don lagarto.